Oraciones Catolicas
Ofrecimiento a la Virgen María
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A tí, celestial princesa,
Virgen sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia;
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A tí clamamos los desterrados hijos de Eva;
a tí suspiramos, gimiendo y llorando en este
valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
y, después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
De Santo Tomás de Aquino para antes del estudio
Creador inefable, que de los tesoros de tu sabiduría formaste
tres jerarquías de ángeles y con
maravilloso orden las colocaste sobre el cielo empíreo,
y distribuiste las partes del universo con suma elengancia.
Tú que eres la verdadera fuente de luz y sabiduría,
y el soberano principio, dígnate infundir sobre las tinieblas
de mi entendimiento un rayo de tu claridad, apartando de mí la doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia.
Tú, que haces elocuentes las lenguas de los niños,
instruye mi lengua e infunde en mis labios la gracia de tu bendición.
Dame agudeza para entender, capacidad para retener,
método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar,
y gracia copiosa para hablar.
Dame acierto al empezar,
dirección al progresar y perfección al acabar.
Amén.
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