Si no le dices a esa
persona lo que piensas,
acabarás estallando
antes o
después.
Por ser diplomático,
en ocasiones,
tragas demasiado
y los
demás acaban
aprovechándose de ti.
Algunas veces deberías dar
un
puñetazo sobre la mesa
para que nadie confunda
tu bondad con necedad.