El ansia por un deseo
 aún no cumplido crece
 más 
fuerte que nunca. 
En ocasiones te sorprendes
 pensando qué pasaría
 si 
echases por la borda 
tus principios e ideales 
para cumplir dicho deseo. 
 No te permitas entrar 
a este juego; en su lugar 
debes concentrarte en 
refrenar un poco tus deseos.
 Piensa en lo que tienes 
y en lo que te 
haría 
realmente feliz, que son
 a menudo las cosas más 
sencillas de la 
vida.     
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