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Autoría

La evidencia externa, que es relativamente extensa y temprana, como el fragmento muratoriano (una traducción del siglo VII de un texto griego del siglo II descubierta por Ludovico Antonio Muratori en el XVIII), Ireneo, Tertuliano, Clemente y Orígenes todos apuntan a Lucas, el compañero de Pablo (Filemón 24), quien tal vez estaba con él como médico (Colosenses 4:14).El mismo libro de Hechos indica que fue escrito por un compañero de Pablo. En Hechos 16:10 el escritor, sin previo aviso, pasa de la tercera persona a la primera: "Pero cuando vio la visión enseguida procuramos avanzar hacia Macedonia" (ver también Hechos 20:5-22, Hechos 21:12-18 y Hechos 27:1-28:16).La evidencia de la autoría del tercer evangelio también cuenta para los Hechos (se puede comparar Lucas 1:1-4 con Hechos 1:1). Aunque el autor nunca menciona su propio nombre, la tradición de atribuir la autoría a Lucas data por lo menos del segundo cuarto del siglo II.

Datación

La datación mayoritaria (Norman Perrin, E. Lohse, P. Vielhauer, O. Cullman) sitúa a este libro en los años 80, debido a que esta es la década en que se suele fechar el Evangelio según san Lucas, que lo precede. Sin embargo, la horquilla datacional que puede encontrarse en la bibliografía acerca de este tema es muy amplia.
La datación más tardía está limitada por la existencia del papiro P45, de la primera mitad del siglo III y por la mención que la Epistula apostolorum hace de este texto a mediados del siglo II. Autores como E. Schürer o F.C. Burkitt han sugerido que Hechos era posterior a las Antigüedades judías de Flavio Josefo, al señalar posibles dependencias de Hechos con respecto a la obra de Josefo. Esta teoría ha sido rebatida por autores como Adolf von Harnack, F.J. Foackes Jackson, W. Kümmel, G.W.H. Lampe y T.W. Manson.Algunos autores (B. Reicke, C. Vidal) proponen fechas anteriores al año 70 o incluso al año 62, basándose en los siguientes datos: El libro finaliza bruscamente con el comienzo de la cautividad de Pablo en Roma, hacia el año 60.
Aunque relata el martirio del diácono Esteban y del apóstol Santiago el de Zebedeo, no menciona el de Santiago el hermano de Jesús, que tuvo lugar en el año 62 y habría supuesto un argumento importante para retratar a los dirigentes judíos como enemigos del evangelio, exculpando a los romanos, en el mismo tono conciliador que el resto del libro. No menciona la muerte de Pedro en las persecuciones de Nerón, en los años 62-64
Tampoco relata la muerte del personaje más prominente del libro, Pablo de Tarso, también como mártir, en los años 60. Presenta a los dirigentes judíos, especialmente a los saduceos, como enemigos, entre los que no se incluye de forma tan clara a los romanos, de modo similar al evangelio de Lucas. Esto no parece coherente con el ambiente de persecución romana contra el cristianismo que se inició con Nerón.
Tampoco se menciona, ni directa ni indirectamente, la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70, que habría servido para reforzar la imagen de Jesús como profeta. El principal problema que presenta esta teoría, es que Lucas 21 profetiza la destrucción de Jerusalén. Dado que se supone que la profecía está escrita después finalizar la guerra en el año 70, suele situarse a Lucas después de esta fecha. Sin embargo, autores como C.C. Torrey y C.H. Dodd exponen que Lucas 21 no da ningún detalle histórico de la destrucción de Jerusalén, sino que toma todas las imágenes del Antiguo Testamento (Jeremias 21, Zacarias 12, Zacarias 14, Esdras 9, Salmos 79, Ezequiel 40-48, etc.).

Hechos de los Apóstoles

Los Hechos de los Apóstoles es el nombre de un libro de la Biblia, el quinto del Nuevo Testamento.Probablemente su origen sea el mismo que el del Evangelio según San Lucas, pero los textos se separaron antes de que se escribieran los manuscritos que nos han llegado hasta hoy día. Con esta separación se buscaba cultivar el conocimiento de los evangelios como una unidad de archivos sagrados, a los cuales los Hechos servían como una especie de apéndice. Es de un interés y valor históricos únicos: no hay ningún otro libro como éste dentro del Nuevo Testamento.
El libro de los Hechos es la única historia de la Iglesia primitiva, primitiva tanto en el espíritu como en la sustancia; sin él sería imposible tener un cuadro coherente de la Edad Apostólica. Con él, las epístolas paulinas son de un valor histórico incalculable; sin él, permanecerían incomprensiblemente fragmentarias e incompletas, a menudo incluso confundirían.El autor escribe con estilo de tratado (Hechos 1:1). Al principio también se conoció con los siguientes nombres: Los Hechos, El evangelio del Espíritu Santo y El evangelio de la resurrección.
No contiene la historia de todos los apóstoles, sino sólo la de Pedro y de Pablo de Tarso. Juan es mencionado sólo tres veces, y todo lo que se cuenta de Santiago (Jacob, Jacobo o Sanct Yago), el hijo de Zebedeo, es su ejecución por Herodes (Hechos 12:1). Al inicio del libro se menciona a los doce, incluyendo a Matías (que sustituyó a Judas Iscariote). También a lo largo del libro se menciona a Bernabé de Chipre, a Marcos (probablemente se trate del primer evangelista), Santiago el "hermano del Señor", entre otros.

«Biblia» cristiana

La Biblia es un libro usado por todos los cristianos, aun cuando no todos los grupos de cristianos la lean asiduamente. Las Biblias cristianas están constituidas por escritos hebreos, arameos y griegos, que han sido retomados de la Biblia griega, llamada Septuaginta, y del Tanaj hebreo-arameo, y luego reagrupados bajo el nombre de Antiguo testamento. A estos se ha sumado una tercera serie de escritos griegos cristianos agrupados bajo el nombre de Nuevo testamento. Distintos grupos cristianos han debatido largamente sobre la inclusión o exclusión de algunos de los libros de ambos testamentos, surgiendo los conceptos de apócrifos y deuterocanónicos para hacer referencia a algunos de estos textos.
La comunidad judía actual reserva la expresión Biblia cristiana para identificar sólo a los libros que han sido añadidos al Tanaj hebreo-arameo por el judaísmo tardío helenizante alejandrino, y luego por el cristianismo, y evita referirse a su Tanaj con los términos Biblia o Antiguo testamento. Varias denominaciones cristianas incorporan otros libros en el canon de ambos Testamentos.