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Datación

La datación mayoritaria (Norman Perrin, E. Lohse, P. Vielhauer, O. Cullman) sitúa a este libro en los años 80, debido a que esta es la década en que se suele fechar el Evangelio según san Lucas, que lo precede. Sin embargo, la horquilla datacional que puede encontrarse en la bibliografía acerca de este tema es muy amplia.
La datación más tardía está limitada por la existencia del papiro P45, de la primera mitad del siglo III y por la mención que la Epistula apostolorum hace de este texto a mediados del siglo II. Autores como E. Schürer o F.C. Burkitt han sugerido que Hechos era posterior a las Antigüedades judías de Flavio Josefo, al señalar posibles dependencias de Hechos con respecto a la obra de Josefo. Esta teoría ha sido rebatida por autores como Adolf von Harnack, F.J. Foackes Jackson, W. Kümmel, G.W.H. Lampe y T.W. Manson.Algunos autores (B. Reicke, C. Vidal) proponen fechas anteriores al año 70 o incluso al año 62, basándose en los siguientes datos: El libro finaliza bruscamente con el comienzo de la cautividad de Pablo en Roma, hacia el año 60.
Aunque relata el martirio del diácono Esteban y del apóstol Santiago el de Zebedeo, no menciona el de Santiago el hermano de Jesús, que tuvo lugar en el año 62 y habría supuesto un argumento importante para retratar a los dirigentes judíos como enemigos del evangelio, exculpando a los romanos, en el mismo tono conciliador que el resto del libro. No menciona la muerte de Pedro en las persecuciones de Nerón, en los años 62-64
Tampoco relata la muerte del personaje más prominente del libro, Pablo de Tarso, también como mártir, en los años 60. Presenta a los dirigentes judíos, especialmente a los saduceos, como enemigos, entre los que no se incluye de forma tan clara a los romanos, de modo similar al evangelio de Lucas. Esto no parece coherente con el ambiente de persecución romana contra el cristianismo que se inició con Nerón.
Tampoco se menciona, ni directa ni indirectamente, la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70, que habría servido para reforzar la imagen de Jesús como profeta. El principal problema que presenta esta teoría, es que Lucas 21 profetiza la destrucción de Jerusalén. Dado que se supone que la profecía está escrita después finalizar la guerra en el año 70, suele situarse a Lucas después de esta fecha. Sin embargo, autores como C.C. Torrey y C.H. Dodd exponen que Lucas 21 no da ningún detalle histórico de la destrucción de Jerusalén, sino que toma todas las imágenes del Antiguo Testamento (Jeremias 21, Zacarias 12, Zacarias 14, Esdras 9, Salmos 79, Ezequiel 40-48, etc.).

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