Yahveh es justo en todos sus caminos, en todas sus obras amoroso;
cerca está Yahveh de los que le invocan, de todos los que le invocan con verdad.
El cumple el deseo de los que le temen, escucha su clamor y los libera;
guarda Yahveh a cuantos le aman, a todos los impíos extermina.
¡La alabanza de Yahveh diga mi boca, y toda carne bendiga su nombre sacrosanto, para siempre jamás
I Corintios 4: 6 - 15
En esto, hermanos, me he puesto como ejemplo a mí y a Apolo, en orden a vosotros; para que aprendáis de nosotros aquello de «No propasarse de lo que está escrito» y para que nadie se engría en favor de uno contra otro.
Pues ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?
¡Ya estáis hartos! ¡Ya sois ricos! ¡Os habéis hecho reyes sin nosotros! ¡Y ojalá reinaseis, para que también nosotros reináramos con vosotros!
Porque pienso que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar, como condenados a muerte, puestos a modo de espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres.
Nosotros, necios por seguir a Cristo; vosotros, sabios en Cristo. Débiles nosotros; mas vosotros, fuertes. Vosotros llenos de gloria; mas nosotros, despreciados.
Hasta el presente, pasamos hambre, sed, desnudez. Somos abofeteados, y andamos errantes.
Nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Si nos insultan, bendecimos. Si nos persiguen, lo soportamos.
Si nos difaman, respondemos con bondad. Hemos venido a ser, hasta ahora, como la basura del mundo y el desecho de todos.
No os escribo estas cosas para avergonzaros, sino más bien para amonestaros como a hijos míos queridos.
Pues aunque hayáis tenido 10.000 pedagogos en Cristo, no habéis tenido muchos padres. He sido yo quien, por el Evangelio, os engendré en Cristo Jesús.
Pues ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?
¡Ya estáis hartos! ¡Ya sois ricos! ¡Os habéis hecho reyes sin nosotros! ¡Y ojalá reinaseis, para que también nosotros reináramos con vosotros!
Porque pienso que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar, como condenados a muerte, puestos a modo de espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres.
Nosotros, necios por seguir a Cristo; vosotros, sabios en Cristo. Débiles nosotros; mas vosotros, fuertes. Vosotros llenos de gloria; mas nosotros, despreciados.
Hasta el presente, pasamos hambre, sed, desnudez. Somos abofeteados, y andamos errantes.
Nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Si nos insultan, bendecimos. Si nos persiguen, lo soportamos.
Si nos difaman, respondemos con bondad. Hemos venido a ser, hasta ahora, como la basura del mundo y el desecho de todos.
No os escribo estas cosas para avergonzaros, sino más bien para amonestaros como a hijos míos queridos.
Pues aunque hayáis tenido 10.000 pedagogos en Cristo, no habéis tenido muchos padres. He sido yo quien, por el Evangelio, os engendré en Cristo Jesús.
Lucas 5: 33 - 39
Ellos le dijeron: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y recitan oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben.»
Jesús les dijo: «¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?
Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán en aquellos días.»
Les dijo también una parábola: «Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a uno viejo; de otro modo, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo.
«Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino nuevo reventaría los pellejos, el vino se derramaría, y los pellejos se echarían a perder;
sino que el vino nuevo debe echarse en pellejos nuevos.
Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del nuevo porque dice: «El añejo es el bueno.»
Jesús les dijo: «¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?
Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán en aquellos días.»
Les dijo también una parábola: «Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a uno viejo; de otro modo, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo.
«Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino nuevo reventaría los pellejos, el vino se derramaría, y los pellejos se echarían a perder;
sino que el vino nuevo debe echarse en pellejos nuevos.
Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del nuevo porque dice: «El añejo es el bueno.»
Salmo 37: 3 - 6, 27 - 28, 39 - 40
Ten confianza en Yahveh y obra el bien, vive en la tierra y crece en paz,
ten tus delicias en Yahveh, y te dará lo que pida tu corazón.
Pon tu suerte en Yahveh, confía en él, que él obrará;
hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediodía.
Apártate del mal y obra el bien, tendrás para siempre una morada;
porque Yahveh ama lo que es justo y no abandona a sus amigos. Los malvados serán por siempre exterminados, la estirpe de los impíos cercenada;
La salvación de los justos viene de Yahveh, él su refugio en tiempo de angustia;
Yahveh los ayuda y los libera, de los impíos él los libra, los salva porque a él se acogen.
ten tus delicias en Yahveh, y te dará lo que pida tu corazón.
Pon tu suerte en Yahveh, confía en él, que él obrará;
hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediodía.
Apártate del mal y obra el bien, tendrás para siempre una morada;
porque Yahveh ama lo que es justo y no abandona a sus amigos. Los malvados serán por siempre exterminados, la estirpe de los impíos cercenada;
La salvación de los justos viene de Yahveh, él su refugio en tiempo de angustia;
Yahveh los ayuda y los libera, de los impíos él los libra, los salva porque a él se acogen.
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